Tortugas acuáticas, lo que hay que saber para cuidarlas

Cuando decides acoger un animal en casa, siempre es bueno informarse antes de dar este paso. Cada animal tiene sus propias exigencias, necesidades y peculiaridades. Conocerlo de antemano significa permitir que el animal viva bien, evitando así poner en peligro su salud y su supervivencia, aunque a menudo sea de forma inconsciente. Ni siquiera la tortuga de agua escapa a esta lógica. Es un animal que necesita un hábitat especial y requiere atención, incluida la alimentación más adecuada.

Lo primero que hay que saber es que las tortugas acuáticas son potencialmente muy longevas y que los ejemplares hembra pueden alcanzar una longitud de hasta 40 centímetros. Esto significa que necesitan un lugar adecuado para vivir y que un pequeño tanque de plástico seguramente no es suficiente.

Para que la tortuga acuática también pueda vivir en un entorno confortable en casa, lo ideal es un acuaterrario con un tanque de al menos 30 litros de agua. En el interior, es necesario que haya agua y terrario, que la temperatura diaria sea siempre de unos 24-26 grados centígrados (y nunca inferior a 20 grados centígrados durante la noche), que haya un filtro y que se cambie el agua al menos cada 10 o 15 días.

Dentro del acuaterrario, la zona seca debe ser fácilmente accesible para la tortuga y el tanque debe estar equipado con una lámpara UVB con neón específica para tortugas, especialmente si el tanque está situado lejos de la luz solar. La lámpara es necesaria para sustituir la acción de la luz solar y debe instalarse de forma que no perjudique al animal.

Las tortugas acuáticas son omnívoras y necesitan una dieta variada y equilibrada. Además de las clásicas gambas secas, se pueden dar frutas y verduras, pescado crudo, gránulos flotantes para complementar la dieta del animal y hueso de sepia.